eran ya
más de las tres de la tarde
más o menos después de todo
y sin embargo hoy
es decir el veintiuno de marzo
de dos mil ocho
una mostruosa boa
se introduce en el interior de la basílica
un rebaño de clérigos corre
con sus alas negras se eleva
sobre la gran plaza
como si fueran el dios padre
de la capilla sixtina
gorjeando como estorninos
vuelan hacia san pedro
vuelan irradiados de sol
estoy en el puente
observo el parduzco tíber
ya casi lo sé
lo único que tengo que hacer
es vivir
De perspectiva invertida
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