8 de marzo de 2009

Ryszard Krynicki IV

A hurtadillas

A hurtadillas, discretamente
levanto del sendero
a mi hermano mayor,
el caracol,
para que nadie lo pise.

Mayor probablemente millones de años.
Hermano en la inseguridad de la existencia.
Los dos ignoramos por igual
para qué hemos sido creados.
Los dos escribimos por igual preguntas mudas,
cada uno de nosotros con su más íntima escritura:

con el sudor del miedo, con el semen, con la mucosa.

(26 de abril de 2002)

De Piedra, escarcha

2 comentarios:

Gemma dijo...

Magnífico poema. En la pequeñez también habita el misterio. Acaso sea cosa de la pequeñez, de nuestra pequeñez.

Un abrazo grande

Abel Murcia abelams77@gmail.com dijo...

En este caso me atrevería a decir que todo lo que nos rodea es misterio, lo pequeño, lo grande, lo perceptible, lo imperceptible...
Abrazos, Gemma.
Abel