Juramentado
a Kasia
Te llevo de la mano por este extraño túnel
los relojes fosforecen sobre la boca el vaho pequeñas
gotas caen en nuestras oscuros rostros te agarro
fuerte fuerte y allí nuestra ciudad brilla
como una torta de aniversario.
Mira susurro en voz baja aunque duermes de todas formas no
me oyes mi dedo índice toca tus pestañas
qué puedo hacer qué puedo hacer yo volverá a amanecer
nos encerramos en nuestros cuerpos todavía un día
más. Tristes brotes de plantas solitarias.
Te llevo de la mano y quizá tenga demasiado miedo giro la cabeza
demasiado poco aunque cómo vas a desaparecer
perdona corren tan rápidos los ríos tan poca cosa
esa nieve que cae y qué la fuerza está en los músculos
que desgarran el aire qué soñadora
celestialidad navega sobre nosotros.
De Ciudad abierta
17 de marzo de 2009
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