Esta sería la segunda versión del poema de Tomasz Różycki:
Opio
Cuando empecé a escribir, yo todavía no sabía
qué fácil es. Que basta fundirse y aparecerá
la herramienta, aparecerá la tinta, habrá distintos tipos de dolor,
habrá un dolor como un alfiler, y un dolor papel blanco, y habrá
también muchos placeres, placeres como un alfiler,
goces como un papel blanco. Seguía sin saber
que habrá puntos latentes, en ti,
en la piel del cielo, también en las profundidades de la tierra,
allí donde fluyen los ríos, y que basta tocarlos
y sucederá por sí solo ¡Es algo animal, algo tan animal!
Entonces no sabía qué es tan fácil escribir sin memoria,
escribir hasta la locura, ardiente, escribir con el alma entera,
escribir más allá de la vida, marchitarse sin escribir, y que yo no sería nada
si supiera hablar lenguas y esto no lo supiera.
De Colonias
17 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario