15 de febrero de 2010

Konrad Ciok (1987)

Fragmentos para.

Pongo a la nieve por testigo de que yo quería otra cosa.
A los pies mojados en el calzado mojado.
A la pus de la garganta. Esperé todo el día
y comí como si estuviera embarazada. Aún
nace el dolor y me atraen las palabras; y tú apenas
tocada, al otro lado de la luz.

La tos seca, los ojos velados. Recogeré flores,
te besaré, tú, tú, sólo tú, serás mi amada.
me repito a mí mismo yendo adonde sea.

¡Tocad el arpa, la lira, el laúd!
Recoged las piedras de un campo arado.
Tened listas las vendas y la escayola.
Te pelaré una manzana, cantaré en falsete;
es verdad, canto fatal en falsete.
Está mal el mundo, te cerraré los ojos
para que no mires.

Estoy triste como una persona,
aunque me ha babeado una chica muy maja. Un buen ejemplar.
Una tía bien. Una perra preciosa.
Un bomboncillo positivo.

El café está cargado, tan cargado que se ve el fondo.
Intento agarrarme a pensamientos positivos;
(¿Esto suena anacrónico a estas alturas del año?
¿Tú crees?), pantalones nuevos, una bufanda de abrigo.
Carné de moto y buen viaje. Vino barato y una cariñosa
y querida muchacha.

Me despierto y camino. Me acuesto y me quedo dormido.
De repente, me doy cuenta de que sigo sin haber empezado,
aunque ya es hora de acabar. Qué sucede, todos
los principios suenan falsos como el agua en la ducha.
Como si un caballo meara sobre latón. Como cero romanticismo.

2005

De Cine sucio

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