Por falta de
Ese olor ácido – dijo, sobre todo eso,
y las paredes, tengo frío, y las manos secas de los médicos,
que se lavan cada vez que te tocan.
Y aparte el cielo y todo lo de afuera.
Unos días después empiezo a entender cuando dice
que la nieve le da miedo, que sueña con campos de amapolas
que nunca florecerán y nunca se marchitarán.
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