Z. Z., Łódź Ha tratado usted nuestra respuesta como una ofensa personal. No hay razón para ello, de verdad. Al constatar falta de imaginación, tan sumamente importante en poesía, no poníamos en tela de juicio ni su calidad humana, ni su cualificación profesional para hacer el trabajo que hace, ni sus miras intelectuales, ni sus modales, ni su virilidad; en pocas palabras, no nos hemos extralimitado en lo más mínimo con respecto a las nimios derechos que tiene un redactor. ¿Es acaso un insulto decirle a un hombre rubio que no tiene el pelo negro, si además es él quien pregunta por ello? Sigue vigente esa idea romántica de que ser poeta es el mayor de los honores y la más alta de las distinciones, cuando realmente el mayor de los honores y la más alta de las distinciones es hacer perfectamente lo que se sabe hacer. Cordiales saludos.
De Correo literario o como llegar a ser (o no llegar a ser) escritor
1 de marzo de 2012
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