16 de abril de 2009

Grzegorz Wróblewski VIII

La casa

Todas las mañanas se reúnen ante ella
unos hombres con unos abrigos negros.
De pie, en silencio en las escaleras fuman largos cigarrillos.

Después llaman a la puerta.
Esperan unos minutos y se van.
Al día siguiente vuelven a estar allí.

Vestidos de negro, de pie, en silencio en las escaleras,
aspiran el humo, llaman.
Todo sucede siempre de la misma manera.

Nadie les abre nunca la puerta.

De Cuartos y jardines

1 comentario:

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Me gusta, por apocalíptico.
Un saludo