Dedicatoria
Este poema es para ti, querido lector.
Habla de una araña, de sentimientos, y de aquello
inexpresable.
No hay una araña allí donde te escribo.
Tengo una araña en la cabeza, hilos de telaraña
suaves como el moho.
O valiosos como una soga de brillantes perlas
al amanecer. Estoy pensando
en ese tiempo oculto en el que se está desnudo y mojado
como la tierra.
Cuando un Buda cariñoso sale de los jazmines,
chiquillo tatuado,
telaraña de arrugas en el rostro de una anciana
que sonríe: ese tiempo, nuestro sueño compartido
tejido de palabras. ¡Perdón! Me
ha salido así. Los cariños son comp-
lejos. Porque se quiere a las personas y a los árboles,
esta piedra, seguro que existía,
ahora te la doy,
sostenla.
De Oxígeno
15 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario