Tras una velada literaria
Se acercó. ¿Si la reconozco? No. Para nada. Cero.
Dice su apellido. Ay, es el de casada. Se disculpa.
Dice el de soltera.
Sí, algo más sí me dice. Pero sin "Dios mío".
Y entonces ella directamente, parece que fue ayer
y hace ya cuarenta años, que lo lamenta. Mucho.
Y siempre lo ha lamentado. Entonces pudo suceder.
Ya sabes. No sé. ¿Qué pudo? Suceder.
Hace tiempo que no lo lamento. Entonces - seguro que sí.
¿Citar? ¿Quién era? Y ahora aquí
ante aquel allí un frío cortante.
¿De qué frío habla? No, nada. Ahora ya nada. Así de simple.
De El canto de los gallos. Poemas escogidos
2 de noviembre de 2009
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