El hebreo
de Charles Reznikoff
También yo tengo sólo dos tiempos:
el tiempo de la memoria y el tiempo de la nostalgia.
El tiempo de la memoria: tantas cosas han pasado.
El tiempo de la nostalgia: tantas cosas no pasarán.
Intento escribir esto en tu preciosa lengua,
pero salen garabatos.
Salen y no vuelven.
De Otro tempo
2 de abril de 2009
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3 comentarios:
La nostalgia nunca me ha parecido una buena compañera de viaje: en vez de ayudarnos en nuestro caminar diario con el bagaje de un pasado feliz, convierte nuestros recuerdos en un lastre.
Saludos.
Querido Ángel:
No sé porqué cuando he leído tu correo he pensado en un poema mío que cierra un libro que saldrá en breve (Fernando Valls lo incluye en la entrada de ayer de su blog http://nalocos.blogspot.com). Yo no sé si la nostalgia es buena compañera de viaje, pero sí creo que a veces nos acompaña, queramos o no, y que hay que saber estar con ella. No veo la necesidad de renunciar a algunos aspectos del pasado. Por otra parte, por raro que pueda parecer, me pregunto si la nostalgia siempre va asociada al recuerdo, o a veces llega de la mano del deseo...
Abrazos,
Abel
"me pregunto si la nostalgia siempre va asociada al recuerdo, o a veces llega de la mano del deseo...", ¿esta idea no está expresada por Borges en "Nostalgia del presente"?
Coincido con los comentarios del blog de F. Valls: bello poema, Abel.
Saludos.
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