No sé quién soy.
Sé quién no soy no
soy yo.
Madurar hasta mí
es una búsqueda
sólo en sueños de un conocido
oasis en un desierto ajeno
sin sombra de certeza de que allí
hay todavía agua y si la hay
si esa agua es
potable.
De Te Deum
29 de abril de 2009
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