Aquella mañana en la que tropecé con el libro de Piotr Maur en la librería de la calle Franciszkanska de Cracovia, hubo un poema que provocó mi curiosidad por el misterioso poeta de Cracovia -digo misterioso porque no he logrado encontrar a nadie que lo conozca, ni tampoco a nadie que lo haya leído (seguiré intentándolo)-.
jugábamos al escondite
y justo cuando me tocó a mí pagar,
una de las niñas
se escondió en el pozo.
conté hasta cien
y después empecé a buscar.
los encontré a todos menos a ella.
esconderse bien
era entonces para nosotros una cuestión de vida o muerte,
aunque qué podíamos saber de esas cosas.
llenos de admiración y de una mal disimulada envidia
observamos cómo los bomberos
sacaban su cuerpo al anochecer.
De amor sin fin
13 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Me gusta mucho este poeta. ¡Gracias por el descubrimiento! Es como leer poemas de terror... doméstico, que es el que me da más miedo.
Comparto el gusto y esa sensación de miedo casero y cotidiano del que hablas, sin aspavientos ni parafernalia. Probablemente ahí se encuentre uno de los grandes méritos de Piotr Maur. Por cierto, al fin he encontrado el rastro de su existencia. Otro poeta polaco, residente también en Cracovia y del que en breve aparecerán algunos poemas en el blog, Marcin Świetlicki, me comentó que lo conocía y que era una persona extraordinaria. Como decían las series de nuestra infancia -y siempre desde esa fascinación de aquella época-, continuará...
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