24 de marzo de 2010

Marta Eloy Cichocka V

Donde acaban mis palabras

la poesía acaba allí donde yo empiezo
y mis torpes picos mis engañosos valles
los zigzagueantes rayos de sol en los pasillos del iris
treinta grados bajo cero treinta grados

a la sombra

de las alas del ángel de la guarda de una historia totalmente distinta
con la boca como huesos de arrogantes albaricoques de teñidos
melocotones cerrada por los siglos de los siglos
aparentando la mejor de las monedas en las cadenas

de tus brazos

condenados al exterminio como venecia y parís
como peregrinajes borrachos de caracoles cornudos
al través de la carretera húmeda al través de la palma seca de la mano
que acallará este poema y entonces finalmente

podremos quedarnos dormidos

la poesía empieza donde acaban mis palabras

De Entrada de emergencia

1 comentario:

Fiona Dagal dijo...

La poesía siempre al fondo, inútil e inevitable como la luz de un faro en un océano vacío. Hermoso.