negro
Ella quería enseñarle de una vez,
inventar frases hirientes,
pero desde esa distancia, sin gafas,
era impotente y mostraba únicamente
que no lo entendía.
Cuando después se detuvieron
para tomar aire por primera vez,
pensó en otro. "Te quiero",
le dijo para alejar aquello,
para olvidar a aquél. Te quiero.
De Spam amoroso
21 de febrero de 2010
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2 comentarios:
En nuestra sombra dillingeriana no dejamos de leer todas esas maravillosas traducciones, todos estos estupendos poemas. Saludos.
Hace tiempo que no te veía por estos lares, pero me alegra saber que sigues ahí.
Saludos, Dillinger.
Abel
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