El ídolo de mi padre
El ídolo de mi padre es mi tío
el de Pińczów (actualmente está muerto), que llegó
a los noventa y seis, porque todas las mañanas se bebía esta cantidad
de alcohol de farmacia en un vaso (aquí mi padre muestra con los dedos cuánto). Mi padre
está preocupado porque sólo bebe vodka. A mi madre,
esa pobre mujer que
me ha dedicado toda su vida adulta
con sólo ver el alcohol le entran temblores. - Noventa y seis no,
ochenta seis - corrige a mi padre.
- Qué sabrás tú - dice mi padre, convencido de estar en posesión
del secreto de la vida eterna.
- No te preocupes, papá - tranquilizo a mi padre y le sirvo en un vaso
vodka de centeno. Una vez
vendí todas sus novelas de hazañas bélicas,
incluida Los alces atacan en solitario.
Menudo hijo estoy hecho.
Los alces atacan en solitario.
Vodka de centeno.
Ya soy demasiado viejo para este tipo de poemas.
De Placeres molestos
3 de febrero de 2010
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