aquel verano quise ser pescador.
me pasé toda la temporada saliendo a la pesca del arenque.
me quedé todavía después de la temporada para ayudar
en los preparativos para el invierno. las barcas estaban sobre la arena,
limpias de algas y conchas, parcheadas,
con sus quillas hacia el cielo, mientras nosotros removíamos una espesa
brea. en cierto momento uno de los pescadores
me llamó. me dio un gancho. y cuando lo agarré
estiró con fuerza. mis manos se deslizaron por la húmeda
madera y por la pintura roja del extremo.
cuando alejado de los demás estaba restregándome las manos con arena húmeda
aquel tipo se acercó hasta mí y me dijo:
“no ha sido una broma absurda, es para que sepas quién no eres”.
como una enloquecida lady Macbeth me restregué con arena las manos hasta última hora de la tarde
para borrar de ellas aquella excesivamente clara huella de mi crimen.
De 28 y 5
17 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Empeñarse en ser quien no se es: un extraño crimen querer borrarse a toda costa.
Besos esta vez
Publicar un comentario