sofocante tarde de julio silencio y calma
una pequeña plaza rodeada por tres de sus lados de edificios bajos
mujeres en las ventanas
sudan engordan y mueren contemplando un mar
en el que las pequeñas barcas de sus maridos
se mecen en las olas
las mujeres se eternizan en las ventanas cuando cruzo la plaza en diagonal
voy en dirección a la playa
están cuando regreso al atardecer
oigo el alegre golpear de sus aletas contra el suelo
ante la noticia de la descarga del pescado y sus maridos
desde la cuesta en la que me alojo esta noche este pueblo
parece una lata abierta de sardinas
en el tomate de un sol que se pone
De setenta y seis
3 de julio de 2009
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1 comentario:
Poema surrealista y poético a un tiempo. Me ha gustado especialmente la imagen de las "mujeres en las ventanas [que]
sudan engordan y mueren contemplando un mar
en el que las pequeñas barcas de sus maridos
se mecen en las olas", eernizándolas en su espera.
Un abrazo desde Berlín, y ¡¡feliz verano!!
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