Tras una estancia en Shanghai y un accidentado retorno emocional a tierras polacas, me reincorporo al blog con un breve poema de Magdalena Bielska aparecido en una de las antologías que mencioné en la última entrada.
Sueño
Miras viejas fotografías y de repente por fin recuerdas:
un verano a la orilla del mar
tirabas grandes cebollas al agua
y los gatos se zambullían y te las traían de vuelta.
Y la tarde, siempre esa misma tarde en el pequeño pueblo
de casas de paredes blanqueadas.
Y el aire, un aire salvaje con olor a sal.
Y el sabor del ruibarbo.
Por fin estás seguro, tranquilo -no he estasdo nunca ahí-
no lo he visto, lo recuerdo.
16 de abril de 2010
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1 comentario:
Bienvenido a casa, Abel. Un abrazo.
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